Dentro del programa «El Padre Crespi, vida, espiritualidad- Ciencia. Reencuentro con el Apóstol de los Pobres», que se desarrolla en la ciudad de Cuenca entre el 30 de abril al 30 de mayo del presente año, evento organizado para rendir tributo al Padre Carlos Crespi se realizó el develamiento del busto del Padre Carlos Crespi instalado en la escuela salesiana que lleva su nombre, a este acto concurrieron las principales autoridades de la congregación salesiana, estudiantes de la escuela, padres de familia, invitados especiales y ciudadanía en general.
El Director de la escuela, Wilson Moscoso Arévalo, fue el encargado de abrir la ceremonia, manifestando: «Hay seres humanos que nacieron para servir a la Humanidad, hay hombres que viven en el corazón de los pueblos, una de estas vidas privilegiadas fue la del Padre Carlos Crespi, por esta razón nos hemos reunido hoy para recordar y celebrar la presencia del Padre Carlos Crespi Croci en la gloria del Dios». Más adelante dijo, que, el padre Crespi fue un hombre excepcional en todo sentido de la palabra, que su actividad pedagógica orientó y educó a varias generaciones, trabajó incansablemente por llevar la evangelización y la educación, fiel al lema de Don Bosco, «Formar Buenos Cristianos y Honrados Ciudadanos». Toda su vida, que la pasó en Cuenca, la dedicó por entero al servicio de la educación de los niños y jóvenes a la creación de un notable museo y al cumplimiento de sus sagrados ideales cristianos.
Finalizó, señalando, «Hoy nosotros tenemos el compromiso de seguir llevando y fortaleciendo la propuesta educativa salesiana, que el Padre Carlos Crespi, la creó y la llevó adelante por muchos años».
El acto de develamiento, la hizo, el padre Luciano Bellini, quien en su alocución, dijo, que este acto, es importante para quienes saben y conocen la vida del Padre Carlos Crespi y para quienes a través de este monumento lo puedan conocer y destacó algo de la vida del sacerdote salesiano, que también es conocido, como el Apóstol de los Pobres».
La bendición del busto fue efectuada por el padre Luiggi Ricciardi, párroco de María Auxiliadora.